12 de julio de 2015

“Allá donde vaya, seguiré gritando Hala Madrid”. Estas palabras las pronunció un emocionado Iker Casillas en su despedida de la que ha sido su casa desde hace 25 años. Más de 720 partidos defendiendo la camiseta del Real Madrid, convirtiéndose en el guardameta con más partidos del equipo blanco, y el segundo jugador detrás de Raúl.

5 Ligas, 2 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 3 UEFA Champions League, 2 Supercopas de Europa, 2 Intercontinentales y 1 Mundialito, constituyen el palmarés de 15 años defendiendo la camiseta, con 18 títulos a sus espaldas, y una vida entera como madridista.

 El 20 de mayo de 1981 nació un santo en Móstoles, nueve años tardó en incorporarse a las categorías inferiores blancas, y con sólo 17 años sería convocado por primera vez. Su debut oficial se hizo en un estadio mítico español, “La Catedral” de San Mamés, con 18 años.

En esa primera temporada de 1999/2000, Iker abrió el milenio siendo el portero más joven en jugar y ganar una Final de la Copa de Europa, cuatro días después de cumplir los 19 años, recibiendo el Trofeo Bravo al mejor futbolista joven de Europa.

Él mismo viviría la Era Galáctica de los “Zidanes y Pavones”, ganando su segundo Copa de Europa en Glasgow, donde quedó demostrado su potencial con un amplio repertorio de paradas en los 20 minutos de partido que jugó tras la lesión de César. También ganó su primera liga con el Madrid, y fue llevado al Mundial de Corea donde fue titular indiscutible dejando una destacada actuación.
La Era Calderón, llena de fraudes, se saldó con dos Ligas más para Iker, y un puesto de titular indiscutible que le haría merecedor de un Trofeo Zamora y situarse como Segundo Mejor Portero del Mundo por segundo año consecutivo. La vuelta de Florentino fue un revulsivo para el Madrid, que a pesar de no ganar nada recuperó su mejor versión tras la incertidumbre que dejó Calderón y su política.

A partir de 2008 y hasta 2012, Iker fue nombrado Mejor Portero del Mundo cinco años consecutivos, con actuaciones memorables como la famosa parada a Perotti en el Pizjuán, o el muro que hizo en la Final de la Copa del Rey ante el Barcelona en 2011, logrando así su primer título copero.
Su actuación en el Mundial de Sudáfrica 2010, hizo que España levantara su primer Mundial, y el guardameta se consolidó en la élite, cuajando un impresionante torneo, y valiéndose el cariño de toda España, y el respeto del mundo entero. Aparte de este título, Iker levantó las dos Eurocopas de 2008 y 2012 con España, haciendo un triplete histórico y dejando la tanda de penaltis contra Italia en cuartos de final para la historia.


La Era de Mourinho comenzó con muchas esperanzas, la famosa Liga de los Récords logrando el máximo de puntos y de goles, acabó con su quinta y última Liga. En 2012, comenzó el desastre. Mou sentó a Iker tras dos meses y medio de lesión, y la presión ejercida sobre el técnico portugués hizo que Iker perdiera su confianza.


Ancelotti en su primer año, le dejó a Iker la Copa y la Champions, títulos que el portero madrileño levantó, conquistando la Décima Copa de Europa y su segunda Copa del Rey. El entrenador italiano le dio la titularidad al año siguiente, pero el madridismo ya estaba dividido.

El legado de Mourinho había hecho que mucha gente perdiera la fe en Casillas, y se le culpó de muchas derrotas, y tras 25 años de carrera futbolística en la misma casa en la que empezó, Iker Casillas se mudó desde ayer por la tarde a Portugal.

Todo el mundo recordará el pulso Buffon-Casillas por el cetro de Mejor Portero del Mundo, el mismo mítico guardameta de la Juventus destacó su reacción en la portería y la espectacularidad de sus intervenciones, su próximo entrenador, Julen Lopetegui, definió su tren inferior como fuera de lo común, un guardameta con velocidad, potencia, agilidad e intuición.
Un ejemplo para los porteros de la cantera blanca, el niño que soñaba con defender la portería del mejor equipo del Siglo XX, que acabó convirtiéndose en héroe del madridismo y héroe de la selección española. Allá donde vaya, se le recordará por su humildad, por esa concentración que transmitía en cada partido, el “Loco” Gatti definió su talento como un don de Dios.

Siempre recordaremos ese pie que le sacó a Berbatov en Glasgow, esa parada imposible a Perotti en el Pizjuán, que repetiría dos años después ante del Moral, esa mano a Iniesta en Mestalla en la final de la Copa, y más que paró el Santo del Madrid, y más que parará en Oporto.
Finaliza una etapa, comienza otra nueva, "Por encima de recordarme como un gran portero o un mal portero, sólo espero que se me recuerde por ser una buena persona", frase de Iker para el recuerdo, se va el Santo, se va el que siempre nos quedaba cuando las cosas iban mal, se va una leyenda.

Por: @carlos2gogo

Nuestros artículos

Con la tecnología de Blogger.

Lo + leído del momento