15 de mayo de 2015

Esto es fútbol, y el Nápoles lo ha vivido en su máximo esplendor. El equipo italiano se enfrentaba en semifinales con la cenicienta, el Dnipro, pero tras un empate a uno en la ida, el equipo de Rafa Benítez acabó cayendo en Ucrania gracias al solitario tanto de Seleznyov tras el descanso, quienes estarán en Varsovia enfrente del vigente campeón, el Sevilla.
Los italianos comenzaron con el dominio claro del encuentro, conscientes de que el empate les mandaba a casa. Higuaín dispuso de dos ocasiones para abrir el marcador, pero las desperdició las dos. Primero en un mano a mano ante Boyko que no supo terminar, y luego en un cabezazo que se perdió por bastante poco.

Los ucranianos no se amilanaron, ni nada parecido, aguantaron el arreón inicial y comenzaron a desesperar a los italianos con un juego rápido y directo. Avisaron antes del descanso con una peligrosa llegada de Konoplyanka que estaba haciendo estragos por su banda. Y ya en la segunda parte, este mismo puso un centro dónde apareció Seleznyov para rematar con su alma y con el de los 70.000 aficionados del estadio para adelantar al Dnipro.
La desesperación del equipo de Benítez se vio reflejada en la poca precisión de tres cuartos para arriba, ninguno de los de arriba olía bola, y cuando lo hacían era el guardameta Boyko quien desbarataba ocasiones, aguantando a la perfección los últimos minutos. Cuanto más avanzaba el tiempo más se lo creía el Dnipro y menos el Nápoles.


Callejón acabó empujando a Konoplyanka cuando éste se marchaba sustituido, pero nada podría frenar el ímpetu local, que aguantó, aguantó y finalmente estará en Varsovia acompañando al Sevilla en la pelea por la UEFA Europa League. 

Tal vez no tenían derecho a soñar tan grande, pero ahora este modesto equipo ucraniano se ha ganado el respeto de toda Europa. 


Escrito por: @carlos2gogo

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