1 de junio de 2015

 
 
Anoche, en San Paolo, la Lazio, con mucho esfuerzo y sufrimiento, logró por fin la ansiada tercera plaza en la Serie A, que le da derecho a jugar el Play Off de Champions League de la próxima temporada. En cambio, el Nápoles, acaba un año en blanco y con Rafa Benítez sin poder despedirse decentemente.
 
A la Lazio le valía con el empate, pero eso ni le amedrentó ni le echo hacia atrás, salió a intentar dominar el partido, en cambio, el Nápoles necesitaba si o si la victoria. El Nápoles tuvo una ocasión clarísima por medio del ex madridista Callejón, el esférico se marchaba rozando el palo. Más tarde llegó, a la media hora, el primero del partido, gracias a Parolo que hizo un disparo sensacional desde fuera del área al que nada pudo hacer el guardameta local. Un dato, Parolo anotó su décimo gol en liga en esta temporada. La Lazio se sentía cómodo y jugaba mejor que su rival, y al filo del descanso, llegó el segundo en una pérdida de la defensa napolitana que aprovechaba Candreva para anotar.



Con este resultado momentáneo al descanso y el dominio demostrado por uno de los dos equipos, se veía casi imposible la remontada, pero por poco el Nápoles consigue hacer la heroica. Íbamos a ver otra de las infartantes segundas partes a las que últimamente nos tiene acostumbrados la Lazio.  El primer susto del Nápoles llegó en una conexión entre Hamsik y Callejón que acababa en un pase al segundo palo para Gonzalo Higuaín, que marcaba a placer. Pocos minutos después, el argentino controlaba un balón dentro del área y con un sutil disparo lograba la locura en San Paolo y el miedo en el equipo lazial. Para su desgracia, aún quedaba media hora  y los dos equipos se quedaban con diez jugadores por las expulsiones de Parolo y Ghoulam. El árbitro ponía a los visitantes con el corazón a mil por hora al pitar un penalti de dudosa factura. El encargado en ejecutar la pena máxima era Higuaín, que lanzó por encima de la portería un penalti del que se acordó él y sus aficionados al final del encuentro. A cinco minutos del final, Onazi y después con un cabezazo Klose, ponían el dos a cuatro definitivo en el marcador.
 
Una victoria sufrida pero merecida que resume como ha sido la temporada de la Lazio. La felicidad de los jugadores y de Stefano Pioli volvían a enloquecer por segunda vez en San Paolo, que a resultado un campo talismán para el equipo romano. La fiesta no terminaba allí, en Roma, les esperaban diez mil tifos italianos en la ciudad deportiva, donde seguirían celebrando su plaza liguera. La Lazio y sus aficionados pueden estar orgullos de haber defendido con uñas y dientes el títlo de copa que le arrebató la Juventus de Turín y como imprevisiblemente han logrado clasificarse para la Champions League. 


Escrito por: @WoodyinhoMadrid   

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